Dulce comunión la que gozo ya en los Brazos de mi Salvador, qué gran Bendición en Su Paz me da, oh, yo siento en mí Su Tierno Amor.
Libre, salvo del pecado y del temor, libre, salvo, en los Brazos de mi Salvador.
Cuán dulce es vivir, cuán dulce es gozar, en los Brazos de mi Salvador, allí quiero ir y con Él morar, siendo objeto de Su Tierno Amor.
Libre, salvo del pecado y del temor, libre, salvo, en los Brazos de mi Salvador.
No hay que temer, ni que desconfiar, en los Brazos de mi Salvador, por Su gran Poder, Él me guardará de los lazos del engañador.
Libre, salvo del pecado y del temor, libre, salvo, en los Brazos de mi Salvador, en los Brazos de mi Salvador.
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