UN TESORO ESCONDIDO
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Vamos a abrir nuestras biblias en el evangelio de Juan, en el capítulo 7, versículos del 37 al 39, que dice: En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
El Señor dice: si alguno tiene sed, venga y beba. A veces nosotros nos preguntamos y será que esa persona que asesinó a alguien ¿Tendrá alguna esperanza?, será que mi esposo o hermanos que han rechazado tanto al Señor ¿Pueden ser perdonados por Dios?, La biblia dice, si alguno, o sea, cualquier persona tiene la posibilidad de beber esa agua gratuitamente, si se vuelve a Dios. Sé que hemos escuchado algunas personas decir, ese ya no tiene ni perdón de Dios, pero todo eso es por el engaño de Satanás, pero la Biblia dice que si alguno tiene sed, venga a mí y beba. La biblia en ningún momento está diciendo si alguno se ha portado bien esta semana, o si alguno se congrega, o si alguno ha ayudado a los pobres. (La Biblia dice; si alguno tiene sed, venga a mí y beba). Entonces el Señor llama a cualquiera, el tema es cómo vamos a responder a ese llamado del Señor.
Estamos en un mundo que parece un desierto muy seco, y nuestro paladar tiene tanta necesidad de agua y el Señor, siempre ha hecho la invitación; si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Usted puede pensar y decir; Bueno yo soy esa persona, yo de verdad tengo sed, y no de agua natural, porque siempre que tomo agua natural, vuelvo a tener sed. Yo quiero del agua que Jesús le prometió a la mujer samaritana, cuando le respondió y le dijo: más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Luego, si lo leemos en el versículo 38 dice: El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Si una persona que ha estado muerta en sus pecados, escucha este llamado del Señor y lo cree, dice la escritura que de su interior correrán ríos de agua viva, o sea, el Espíritu Santo, vendrá a morar en su vida y cuando digo que cree, me estoy refiriendo a alguien que de verdad se ha arrepentido de sus pecados y quiere convertir su vida al Señor, ya que, una persona puede decir, yo creo en Cristo, pero eso no lo convierte en cristiano, un cristiano es aquel que tiene al Espíritu Santo y es un discípulo de Cristo. El cristianismo se diferencia de cualquier religión, en que Dios viene a morar dentro del creyente y esto no es algo intelectual, que usted lo puede aprender o recibir en un seminario o en una universidad teológica (Claro que puede obtener mucho conocimiento de la Biblia en ese lugar) pero el agua viva, el Espíritu Santo, tener a Dios morando dentro de nosotros es algo que solo Dios puede dar.
Yo sé, que en la mayoría de las congregaciones, los predicadores le dicen a las personas inconversas que si quieren ser salvos, entonces que repitan una oración que ellos les van a enseñar, luego que el inconverso la repite, le dicen, bueno, si creyó lo que dijo, ahora usted es salvo (Pero esa doctrina no tiene ningún fundamento bíblico) y eso se ve reflejado, en lo que sucede en las vidas de esas personas que repiten esas oraciones mentales; su vida nunca cambia y se cumple lo que dice la biblia en Lucas 8:13, creen por un tiempo, pero luego se apartan. O sea, no nació de nuevo, nunca vino el Espíritu Santo a su vida. Yo sé que hoy en día es fácil ver templos llenos de religiosos y tan difícil encontrar a verdaderos creyentes (Personas que de verdad tengan el Espíritu Santo y sean diferentes a los demás, personas que vivan para el Señor, que sean agradecidos en todo, que su esperanza y su confianza esté en el Señor y la vida venidera). Si usted ha conocido a alguno de ellos, estoy seguro de que le gustaría ser como ellos y beber de esa agua viva.
Pero para que entendamos, porque la mayoría de las personas, no logra beber de esa agua viva, me gustaría que fuéramos a Lucas capítulo 14:15 que dice: Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.
Esta persona estaba escuchando las enseñanzas de Cristo y se sintió con muchas ganas de que Dios, le diera de esa agua viva, y por eso le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios y yo estoy seguro de que usted piensa lo mismo, que son bienaventurados los que reciben el Espíritu Santo, bienaventurados los que puedan alcanzar la vida eterna y estén en las bodas del Cordero (Es raro que usted se encuentre a alguien que diga, ¡yo prefiero estar en el infierno!, y anhelo estar ahí muy pronto)
Los que creen en la existencia de Dios, les gustaría ser hijos de Dios, y tener en su interior esos ríos de agua viva. Que por cierto si usted mira a alguien que dice que es cristiano y lo que ve en su vida es una quebrada seca con raíces muertas, sepa que está mintiendo, porque al creyente se le conoce, no por lo que dice, sino por lo que muestra y una de las cosas que se deben notar fácilmente es que por su interior corren ríos de agua viva. A satanás no le preocupa que las personas digan que son cristianas o que estén brincando o vistiendo camisetas con mensajes de la biblia, no, a satanás le preocupan las personas que le resisten a él y se quieren someter a la voluntad de Dios.
Entonces las personas, claro que dicen: bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios, ¡qué bonito sería ser un creyente!, ¡Qué alegría sería tener el Espíritu de Dios en mi vida!, Me gustaría ser como esa persona que siempre pone primero a Dios en todo. Pero Cristo, conoce nuestros corazones, que una cosa es la que décimos con nuestros labios y otra muy diferente es la que hacemos. Vamos a leer lo que dicen los siguientes versículos, que están en el mismo capítulo de Lucas 14 en los versículos 16 y 17: Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado.
A veces, tenemos amigos que nos invitan a una cena, pero nos dicen; será que puedes traer los refrescos, a otros le piden que lleven el arroz, otros que lleven las papas, otros llevan el pollo y otros los desechables, pero en la invitación a la gran cena del Señor, ya todo está preparado, no hay nada que llevar, ya todo lo que se necesitaba, lo hizo Cristo en la cruz. Antes leímos que el Señor decía: Si alguno tiene sed, venga y beba del agua gratuitamente, y ahora leemos que el Señor, ha preparado una gran cena y ha convidado a muchos. Pero el problema nunca ha sido la invitación del Señor a beber su agua o a comer su cena, el problema es cómo ha respondido la humanidad a ese llamado, desde el Génesis hasta el día de hoy.
El versículo 18 dice: Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
El mundo tiene sed; Y el Señor les dice, Vengan tomen de mi agua viva gratuitamente. Las personas tienen hambre espiritual; y el Señor les dice, mi cena está preparada, están todos convidados. Pero las personas realmente no quieren el agua, ni la comida que el Señor les ofrece, ya que están llenas y saciadas del menú que satanás les ha ofrecido. En el contexto de estos versículos el Señor estaba hablando del rechazo del pueblo de Israel hacia Él, pero ¿Qué pasa con nosotros? Estamos haciendo exactamente lo mismo que hizo Israel, puede que lleven un día, un mes o varios años; escuchando el llamado de Dios y siempre ponen excusas para no responder a ese llamado.
Si nos adelantamos al leer el versículo 25 en adelante, dice: Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Buena es la sal; más si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonara? Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.
Realmente a algunas personas les gustaría dar una probadita al agua viva que Cristo ofrece. Pero no les basta, ni es lo suficientemente atractiva, como para dejarlo todo, solo por esa agua. Sienten más rica el agua que ofrece satanás, es más delicioso el mundo y sus placeres, que esa agua viva que promete Cristo a los que creen en Él. No están dispuestos a tomarla, porque eso implicaría que tendrían que renunciar a las cosas del mundo que aman tanto. Muchos dicen: Cristo me pide que lo ponga a Él primero, pero realmente yo amo más el dinero, mi familia, mi trabajo, mis planes, mis ídolos, así que mejor voy a esperar, que Dios cambie las condiciones y me haga una mejor oferta, como la que me hace satanás. Sería bonito, tener esos ríos de agua viva, la vida eterna y el Espíritu Santo, pero no me gustan esas condiciones que pone Cristo (Mejor me quedaré en la religión donde estoy, porque ahí me dejan vivir mi vida como quiero y nadie se mete conmigo, casi todos viven como yo vivo y me aseguran que todos vamos para el cielo solo que en diferentes buses).
Si usted es una de las personas que piensa así, lamento informarle que satanás lo ha engañado y lo descubrirá el día que muera. Todo esto es, como cuando alguien va a un restaurante y mira el menú y dice me gusta el número uno porque se ve bueno, dice que es agua viva y saludable para mi cuerpo y alma, es el mejor de todos y el que más me beneficia, pero cuando ve, que para obtenerla tiene que ser un odre nuevo, automáticamente dice, no, Mejor me llevaré, el combo económico que me ofrece dinero, vanagloria, posesiones, placeres, éxito terrenal y así que se cumple lo que dice Filipense 3:19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que solo piensan en lo terrenal.
Yo sé, que el mundo está lleno de falsos maestros que han enseñado un falso evangelio, en donde las personas pueden ser cristianas y continuar su vida de la misma forma que han vivido siempre, mismos deseos, mismos planes, mismas amistades, mismos vicios etc. Y nadie les enseñó que debían de nacer de nuevo, que debían de recibir el Espíritu Santo en sus corazones y amar al Señor más que cualquier otra persona o cosa en la vida. Pero como sucedió en estos versículos que leímos, las personas prefieren sus haciendas, sus bueyes, sus esposas, antes que ir a la cena del Señor, o sea, te quiero seguir Señor, pero tengo otras cosas más importantes que no quiero renunciar porque me ha costado tanto ganármelas.
Las personas del mundo e inclusive muchos que se congregan hoy, están cometiendo el mismo error de Israel, que por cierto, también se congregaba y también tenía sus asambleas. Mire lo que dice Jeremías 2:13. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
También a Israel, el Señor les ofreció el agua viva y la rechazaron y se hicieron sus propias cisternas de esclavitud a sus ídolos, vicios y pecados que cometieron contra Dios. Si lee el libro de Números, verá que Israel pudo haber alcanzado muy rápido, la tierra prometida, donde fluía leche y miel, pero rechazaron el agua viva y el maná que Dios les daba y anduvieron 40 años en el desierto, por su necio corazón y si usted lee Números 11:5, verá que ese pueblo anhelaba y preferían ser esclavos de satanás en la tierra de Egipto, antes que seguir a Dios. Hoy de igual forma, las personas tienen muchos problemas, están afanados, angustiados, atribulados, con un montón de dolores y padecimientos que los tienen casi al borde de la muerte y Cristo les dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Pero responden, ¡No gracias!, mejor voy a cavar mi propia cisterna, porque tengo otras prioridades y un mejor plan para salir de mis problemas sin necesidad de renunciar a nada de lo que poseo.
Dice el libro de Oseas en el capítulo 11: del versículo 1 al 4: Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
Lo mismo sucede hoy, cuánto más el Señor nos llama, más nos vamos a nuestros ídolos o a otras cosas, que amamos más que a Dios. Siempre tenemos una excusa para rechazarlo. Algunos dicen es que, no quiero buscar a Dios solo por temor, o no quiero hacerlo fingidamente, o quizás no es mi tiempo, o no me gusta eso que dicen, que Dios es fuego consumidor y acá en Oseas dice que nos atrae también con cuerdas de amor, pero tampoco se vuelven a Él, es decir, que se cumple cuando la escritura dice: os tocamos flauta y no bailaste os endechamos y no lamentasteis, porque el evangelio les ha sido presentado de todas maneras a la humanidad y la humanidad lo rechaza aunque estén perdidos y desesperados.
Si este es su caso, le invito a que recapacite como aquel hijo que estaba perdido y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Necesitamos volvernos al Señor de todo corazón, sin excusas ni condiciones, como aquellas personas que nos enseña Lucas 9:57-62 que dice; Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
El mundo llama cristianos a varios artistas que cantan canciones que mencionan a Dios y estos “supuestos cristianos” cuándo van a otro país a dar su espectáculo, siempre quieren quedarse en el mejor hotel de la ciudad, para recostar muy bien su cabeza en la mejor cama. Y no solo ellos, la mayoría de las personas quieren ser cristianos con las mejores condiciones y esperan que en ningún momento les vayan a pasar cosas malas en esta tierra, que no tengan fracasos, que siempre tengan dinero, que puedan realizar todos sus planes y deseos, lógicamente con la excusa que son supuestamente en el “nombre del señor” (Está tan pervertido el evangelio hoy en día, que cuando las personas tienen mucho dinero, le dicen que es una persona muy bendecida y cuando hay escasez de dinero, dicen que seguramente esa persona está en pecado)
Vivimos en una generación tan acomodada, que se ha engordado tanto, que ahora ya no es suficiente y ya no les basta el agua viva que el Señor les ofrece, quieren disfrutar de la vida y sus placeres y tener mucho dinero para dis que ser cristianos exitosos, pero justamente Lucas 8:14, dice que una de las tres semillas que se perdió y nunca dio fruto es: La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, a todos nos atraen y seducen, póngale el nombre que usted le quiera poner a su placer o deleite de la vida, ya que satanás no solo tiene el menú económico de pecados, también tiene otros combos que atraen a muchos en todos lados del mundo, él es el tentador y nos va a tentar con cosas que nos atraen, recuerde que la tentación es el impulso de hacer o tomar algo que le atrae, pero que puede resultar inconveniente. Si satanás quiere que usted le sea infiel a su esposa, no crea que lo va a atraer con una mujer que no tenga dientes, ni cabello y que le falte un ojo, no, él le va a poner una mujer que en cierta forma le atraiga a usted, pero recuerde qué la paga del pecado es la muerte (aunque satanás le engañe diciendo, que es un menú económico, pero la verdad el precio a pagar realmente es muy alto), tal como dice el evangelio de Juan, capítulo 3, versículos 18 y 19: El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Los hombres aman más las tinieblas que la luz, está disponible la oferta gratuita del Señor, pero prefieren pagar el alto precio por la oferta de satanás. Aunque déjeme decirle que en el mundo religioso, también hay personas, que del menú, se han hecho, su propio combo mixto, se congregan un par de horas a la semana, cantan y escuchan mensajes de Dios y el resto de la semana andan en tinieblas… Según ellos, piensan que Dios no se dará cuenta o peor aún, creen que Dios no lo ve mal, pero dice Proverbios 14:12, Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte
La primera carta de Juan, capítulo 2, versículos del 15 al 17, dice: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Si las personas que son religiosas y se congregan en diferentes lugares, fueran sinceras con ellos mismos, aceptarían que el amor del padre no está en ellos (o sea, no tienen el Espíritu Santo) porque aman el mundo, aman las cosas que hay en el mundo, andan en los deseos de su carne, en los deseos de sus ojos y en la vanagloria de la vida (Es decir, no andan del lado de Cristo, sino del lado de las cosas que aborrece Dios) pero le recuerdo que el día que usted muera, nada de lo que consiguió en este mundo le servirá, en el día del juicio final, porque el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Para finalizar vamos a ir al evangelio de Mateo, capítulo 13 versículos del 44 al 46 que dice: Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Esa agua viva, ese tesoro escondido: es Cristo por el cual yo estoy dispuesto a perderlo todo por encontrarlo a Él. Si usted pone la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra va a entender lo que Pablo decía en Filipenses 3:7-8 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
Imagínense las cosas que tiramos a la basura a diario, así debe un verdadero cristiano considerar al mundo, con tal de tener esa agua viva en nuestras vidas, ese tesoro incomparable que no lo puedo comprar con ninguna cantidad de dinero que exista en el mundo, porque ese tesoro, es mi esperanza y ya no le temo a la muerte, porque sé que no voy a morir eternamente, ya que, Dios no es Dios de muertos sino de vivos y sé que, Cristo murió por mis pecados y también resucitó y Él me resucitará a mí también en el día final.
Si usted ha rechazado toda su vida, el agua viva, por los deseos del mundo y hoy ha escuchado este mensaje, le invito a que se arrepienta y se convierta al Señor, para que sean borrados sus pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. No endurezca su corazón porque el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Como dice Apocalipsis 22:17
¡Vamos a orar!
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