Roca, cuál la Roca Eterna, escóndeme. Cuando desalentado, me siento desmayar, al murmurar tentado, con ganas de quejar, más al pensar en Cristo, lo puedo olvidar, oh clamo a la Roca Eterna, escóndeme.
Oh, Roca Eterna, escóndeme, no hay otro Refugio, yo vengo a Ti con fe. La noche me rodea, la luz también se fue, oh clamo a la Roca Eterna, escóndeme, escóndeme.
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