Las campanas suenan tristes, como muestra de dolor, porque ha muerto una persona, sin creer en el Señor. Todo es luto y es tristeza, esperanza ya no hay, solo se oyen los lamentos, los pesares y tormentos y la desesperación.
Más, cuando muera yo, no deben llorar, porque viviendo estoy, en Cristo el Señor, será un leve dormir y un eterno despertar, porque en la Mansión de Gloria, coronado de victoria, Cristo me recibirá.
Para aquel que está en Cristo, el morir ganancia es, pues, paso de muerte a vida, ya no hay nada que temer. La esperanza ya está puesta, en la gran resurrección, cuando el Cristo victorioso, me traslade a los cielos a vivir en Su Mansión.
// Más, cuando muera yo, no deben llorar, porque viviendo estoy, en Cristo el Señor, será un leve dormir y un eterno despertar, porque en la Mansión de Gloria, coronado de victoria, Cristo me recibirá //