Tal cual el ciervo brama, por límpida corriente, mi corazón ardiente, por Ti suspira, ¡Oh, Dios!
Está sedienta mi alma, del Agua Cristalina, de la Verdad Divina, mi alma tiene sed. Mi alma tiene sed del Agua Cristalina, de la Verdad Divina, mi alma tiene sed.
Se abate mucho mi alma, te busca con vehemencia ¡Oh, Dios de mi clemencia! Escucha mi oración.
Está sedienta mi alma, del Agua Cristalina, de la Verdad Divina, mi alma tiene sed. Mi alma tiene sed del Agua Cristalina, de la Verdad Divina, mi alma tiene sed.
Mi pan de día y noche, son lágrimas candentes, diciendo a mí la gente ¿A dónde está tu Dios? Mi Dios está en el cielo y en cada corazón de los que le reciben para su Salvación.
Mi alma tiene sed del Agua Cristalina, de la Verdad Divina, mi alma tiene sed.
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