TE REPRENDO EN EL NOMBRE DEL SEÑOR

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Vamos a iniciar nuestro estudio, para conocer acerca de este tema que es tan mencionado en la actualidad. Algunos están a favor, otros están en contra y otros no tienen mucho conocimiento, respecto a este tema y es que es una realidad, que en muchas congregaciones evangélicas pentecostales y carismáticas, el reprender a todos los niveles es parte de su diario vivir, enseñanzas y lenguaje. Por otro lado, son muchas las congregaciones y denominaciones que afirman que este tipo de cosas no son correctas o que eran solamente para el tiempo de los Apóstoles, cuando iniciaba la Iglesia. Pero mejor veamos mejor a la luz de la palabra, si esa práctica es correcta o si tiene algún fundamento bíblico.

Cuando usted les pregunta a las personas que reprenden los demonios o espíritus malos, en qué parte de la biblia está esa práctica, ellos le mencionarán algunos versículos y ejemplos. Dos de los versículos que más utilizan son:

Efesios, Capítulo 5 versículos 11 y 12, que dice: Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, si no más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto.

Y el otro versículo que utilizan es Marcos 16:17-18, que dice: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Ahora bien, antes de que veamos esos dos versículos en su contexto, es importante que usted sepa que en el Nuevo Testamento existen dos tipos de reprensiones: La primera es la de reprender las potestades y la segunda es muy poco conocida, enseñada y practicada en la mayoría de las religiones, pero para la verdadera Iglesia del Señor, es la más importante, y esta es: La de reprender al hermano, que en simples palabras significa: Corregir, amonestar o desaprobar lo que ha dicho o lo que ha hecho.

El propósito de reprenderse entre hermanos, no es para matarse o sacarse los malos espíritus… Piénselo por un momento y abra los ojos de su entendimiento. ¿Usted cree que un creyente verdadero, que ha nacido de nuevo y que tiene el Espíritu Santo en su vida, aún puede tener malos espíritus en el mismo cuerpo? ¿Usted cree que el Espíritu Santo, va a venir a compartir habitación con los espíritus de satanás? ¿No le parece que esa enseñanza es una herejía? No le parece que si una persona tiene espíritus malos, es porque en realidad, no se ha arrepentido de sus pecados y no ha nacido de nuevo, no tiene al Espíritu Santo y por ende no es un creyente.

Cuando nos reprendemos unos a otros, es para que no, nos endurezcamos por el pecado y no hagamos cosas que no le agradan al Señor. El reprender al hermano no significa decirle: Te reprendo, te reprendo, te reprendo. (Esa práctica es un invento humano, que no la encontrará en ninguna parte de la biblia). El reprender a alguien significa que usted hablará con esa persona y le expondrá con palabras de la biblia, cuál es la falta que cometió y cómo puede corregir esa acción. Así que si alguien le pregunta, que si es bíblico reprender, la respuesta es; sí, claro que debemos reprendernos los unos a los otros cuando fallamos. (Por naturaleza no, nos gusta que nos digan las cosas en que hemos fallado), pero si una persona realmente nos ama, nos dirá lo bueno y lo malo con el propósito de restaurarnos a la senda del Señor, tal como nos lo enseñan los siguientes pasajes de la biblia que vamos a leer:

En el libro de Mateo 18:15, dice; Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. O sea, es una reprensión natural, porque el versículo dice que si me hermano me ofendió, de la manera en la que yo lo debo de reprender es hablando con él y mostrarle su error, para ganar a mi hermano

Luego en Marcos 8:33, dice; Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, satanás!, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. En este caso el versículo nos detalla cuáles fueron las palabras que el Señor utilizó para reprender.

Luego en el evangelio de Lucas 9:54-55, dice; Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;

En la segunda carta de Timoteo 4 versículos 1 y 2, dice; Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.  

Por último en el libro de Tito 1:12-14, dice; Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. 

Como puede observar, todos los pasajes de la Biblia que acabamos de leer, se nos llama a nosotros los creyentes a reprendernos unos a otros, o sea, que podamos hablar con palabras con el hermano cuando fallamos, que podamos expórtanos, redargüirnos y corregirnos, para que andemos en los caminos del Señor; eso es una reprensión, en ningún momento significa que usted, cuando un hermano falla, va a tener que irle a decir: Te reprendo, te reprendo, te reprendo, para que ese hermano se arrepienta de lo que ha hecho, !No! Aquí estamos hablando de palabras, de amor, de comprensión. 

Ahora bien… Después de exponer la verdadera reprensión que debe de haber en la Iglesia, entre hermanos, muchos dirán que es correcta y que no tienen ninguna objeción, pero que también es bíblico reprender demonios o espíritus malos, en personas inconversas. Así que Vamos a ver, que dice la biblia respecto a este tipo de reprensión:

Para eso vamos a iniciar leyendo en el evangelio de Lucas capítulo 11 versículos 14 al 20, que dice: Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios. Otros, para tentarle, le pedían señal del cielo. Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. Y si también satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino?, ya que decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. 

En el evangelio de Mateo capítulo 8, versículo 26, leemos que dice: Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 

Dice en el evangelio de Marcos capítulo 1 versículos 23 al 26: Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah!, ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. 

Siempre en el evangelio de Marcos capítulo 9 versículos 25 al 27, leemos: Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.

En todos los pasajes bíblicos que leímos, pudimos ver que Jesucristo reprendió a muchos demonios y espíritus inmundos, pero la reprensión del Señor era con palabras de autoridad, no tenía que estar diciendo, gritando o repitiendo varias veces: Te reprendo, te reprendo, te reprendo. (No, el reprender era una autoridad espiritual que tenía el Señor Jesucristo y no palabras enseñadas por doctrinas humanas). Ahora bien, antes habíamos leído en Marcos, capítulo 16, versículos 17 y 18, que dice; Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. La Biblia nos muestra que esto también se cumplió, ya que, no solo Cristo hizo estas acciones, sino que también sus discípulos lo hicieron, según lo leemos en los siguientes pasajes de la Biblia:

En Hechos 5:14-16, dice; Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados

Luego en el libro de Hechos 16:16-18, dice; Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.  

Hada este punto del estudio, muchos podrían decir; Estoy de acuerdo en la reprensión entre hermanos y estoy de acuerdo que la Biblia enseña que la represión a los demonios y a los espíritus inmundos, la realizó Cristo y también la realizaron los apóstoles, pero si continuamos leyendo en las escrituras, descubriremos que no solamente Cristo y los Apóstoles hicieron estas acciones. También lo hizo, por ejemplo; Felipe el evangelista, que era uno de los siete que escogieron en la Iglesia. (Para conocer más acerca de este Felipe, le recomendamos que pueda leer el libro de Hechos 6 versículo 5 y también en Hechos 21 versículo 8) 

Pero por ahora, vamos al libro de Hechos, capítulo 8, versículos del 6 al 8, que dice: Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad. 

Como ya lo habrá notado: Reprender demonios no era repetir vanas palabras en el “nombre del señor”, ni tampoco se trata de algo que lo puede hacer cualquier persona. Aunque si bien las escrituras nos enseñan que Cristo y sus discípulos, también han reprendido demonios, esto tampoco se trata de que cualquier persona, puede reprender demonios o que alguien le puede enseñar a usted; como reprender demonios, por medio de una estrategia o técnica, porque esto es un don del Espíritu Santo, que Dios da de forma soberana a algunos creyentes, tal como lo dice Primera de corintios capítulo 12 versículos 28 al 31: Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿todos maestros?, ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad?, ¿hablan todos lenguas?, ¿interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aún más excelente.

Ese camino aún más excelente, es el amor, el cual si el Señor lo permite, lo veremos en otro estudio, pero por ahora usted debe de tener claro, que un creyente verdadero, no debe utilizar ningún don del Espíritu Santo, para su propio provecho, ni para volverse famoso, ni para tener un programa de televisión, ni para ganar dinero en eventos que realiza “su iglesia” y mucho menos para sentirse o pensar que es superior que los demás creyentes. (Todos los dones que da Dios por medio del Espíritu Santo, son para la edificación de la Iglesia, según primera de Corintios 14 versículo 12).

Lo anterior lo mencionamos, ya que, hoy en día, el reprender demonios se ha vuelto una jactancia tan cotidiana y es un desorden total en esas congregaciones, donde pareciera que los hermanos están queriéndole sacar los demonios a los hermanos y nadie le quiere reprender cuando alguien comete una falta; nadie quiere hablar, prefieren estar repitiendo o gritando; te reprendo, te reprendo, te reprendo, para ganar fama y que crean que son personas muy espirituales, pero la Biblia enseña que una persona muy espiritual es aquella persona, que anda y camina en los mandamientos del Señor y a todo esto queremos recordarle, que hasta Judas el que traicionó al Señor, pudo reprender demonios según lo leemos en Mateo, capituló 10 versículo 1, pero eso de nada le sirvió, porque su corazón no era recto ante Dios. También otros 70 discípulos, reprendieron demonios, pero al final ya no andaban con el Señor, como lo leemos en el evangelio de Juan, en el capítulo 6 versículo 66 que dice: Y Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, si no regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Estas personas se estaban regocijando, por algo que estaban haciendo y ellos ignoraban que esa autoridad era Cristo que se las había dado, para un propósito en particular y no para que estas personas se jactaran de eso. Vivimos en un tiempo tan peligroso, que las personas reprenden demonios por todos lados y se venden como personas “súper espirituales”, pero en su diario vivir, son personas: Avaras, codiciosas, idólatras, vanidosas, ególatras, envidiosas, soberbias, amadores de los deleites más que de Dios, aunque en la congregación tienen apariencia de piedad, como ya nos lo advertía Pablo en la primera de Timoteo 3, versículos del 1 al 6. Y todo esto sucede porque el diablo se ha disfrazado como ángel de luz y ha usado a sus ministros, para que prediquen un falso evangelio lleno de deseos terrenales, sentimientos, emociones y que tengan por prioridad tener a cualquier costo los “dones del espíritu”, pero jamás les van a predicar, lo más importante que un creyente debe de tener en su diario vivir: El Fruto del Espíritu, ese fruto del Espíritu, usted lo puede leer en su Biblia en el libro de Gálatas, capítulo 5, versículos 22 y 23 que dice: Más  el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Que maravilloso sería que todas estas personas que quieren recibir los dones, mostraran el fruto del Espíritu. Pero lamentablemente en la mayoría de los casos, solo es un circo y solo son estrategias, donde realmente el Espíritu Santo, no está presente.

Si usted mira que alguien no tiene el Espíritu Santo, o sea, no anda en los mandamientos del Señor y tampoco tiene el fruto que produce el tener el Espíritu Santo, sepa que cualquier “Milagro”  o “Reprensión” que haga en “el nombre del señor” no vendrá de parte De Dios, sino que vendrá de parte de satanás como dice la segunda carta de Tesalonicenses en el capítulo 2,versículos del 8 al 12.

Si usted mira que alguien si tiene el Espíritu Santo y el fruto que este produce, sabrá que esta persona, nunca usará ningún don del Espíritu Santo para su propio provecho, ya que, los dones no son poderes que tienen las personas, sino que los verdaderos creyentes, somos simplemente instrumentos que se someten a la voluntad de Dios, en todo tiempo como nos lo enseñan los siguientes pasajes de la Biblia:

Hechos 19: 11-17 dice; Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿Quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.

No sé, si usted logró ver la clara diferencia que existe, entre un verdadero creyente que era Pablo y estos otros exorcistas ambulantes, que querían reprender a los demonios en “el nombre del señor”

Por último vamos a leer en el libro de Judas en el capítulo 1 desde el versículo 8 en adelante que dice; No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho. Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseosEstos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 

Para concluir podemos decir, que lo más importante para el creyente, es utilizar los dones para edificación De la Iglesia, pero también queremos recordarles, que una de las maneras en que una Iglesia es edificada, es cuando nos exhortamos los unos a otros, es cuando nos amamos unos a otros, es cuando nos reprendemos unos a otros, para que corrijamos lo deficiente, para que no, nos perdamos de la senda del Señor en este camino que lleva a la vida eterna.

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